Capítulo N° 80 (Ochenta):
Cuando por fin terminaron aquel
beso, ambos se separaron, se miraron y sonrieron, muy tímidamente, pero
sonrieron al fin. Ahí fue donde vos hablaste con más confianza.
Lali: Me llamas? –Preguntaste y lo
miraste enarcando tus cejas-
Peter: Todos los días La… -te
respondió él y vos sonreíste mordiendo tu labio inferior-
Lali: Voy a estar esperando tus
llamados siempre –remarcaste y él sonrió. Ambos se quedaron en silencio y luego
de varios segundos él habló-
Peter: Me tengo que ir… -recordó y
vos lo miraste un tanto triste pero sin embargo le sonreíste para aunque sea se
valla con esa imagen linda y de promesa de reencuentro y no con una Lali
angustiada y triste-
Lali: Anda… -le dijiste y te
alejaste un poco de él sonriéndole. Él te miró un poco triste-
Peter: La… -dijo y vos lo miraste
al igual que antes. Querías llorar pero no podías hacerlo en frente de él- Yo
te prometo que nos vamos a volver a ver… -te dijo, se acercó más, tomó tus mejillas
y te besó tiernamente- Te amo… -agregó dulce y vos le sonreíste para volver a
besarlo-
Lali: Yo también te amo mi amor…
-Dijiste mirándolo a los ojos y te alejaste nuevamente de él- Anda, que se te
hace tarde… -recalcaste con un nudo en la garganta y él asintió para luego
darse vuelta con su valija en mano y comenzar a caminar hasta el avión-
( http://www.youtube.com/watch?v=Xm-fFuIiRLE
, Canción de fondo )
Mientras él se alejaba, vos mirabas
su partida queriendo largar todo ese llanto acumulado pero no podía. Por lo
menos hasta ver que él se suba al avión.
En la mitad de camino, Peter se dio
vuelta, te miró sin dejar de caminar hacia atrás y moduló un ‘te amo’ con sus
labios. Vos, por tu parte, le devolviste una sonrisa y también modulaste un ‘te
amo’. Luego de eso, él llegó hasta el avión, le dio su valija a un muchacho que
estaba parado a su lado, el cual supervisaba todo, y luego subió lentamente las
escaleras de esa gran bestia. Una vez paradito en la puerta, se volteó
nuevamente y se quedó por un rato mirándote desde lo lejos mientras vos hacías
lo mismo pero ya, con varias lágrimas derramadas en tu rostro. Por supuesto que
él ya estaba lejos y no podía verte. Después de unos segundos, se metió adentro
del avión y al cabo de varios minutos este ya estaba en vuelo. Fue ahí donde
largaste ese llanto que retuviste delante de Peter. De esa forma, llevaste las
manos a tu cara y la tapaste para llorar desconsoladamente su partida. No
sabías cuánto tiempo iba a tardar en volver, si es que volvía, pero necesitabas
llorarlo y despedirlo aunque sea de esa forma porque de otra manera no te
salía.
Estuviste varios minutos, muchos
dirías vos, parada en aquel gran patio llorando sin parar hasta que cobraste
valor y te retiraste de allí para ir directo a tu casa. Una vez en ella, lo
único que hiciste fue tirarte en tu cama y llorar. No habías comido nada ni
tampoco estaba en tus planes hacerlo porque se te había cerrado el estómago.
Tampoco te habías duchado, pero a diferencia de lo anterior, por fin te
levantaste de aquella cama y entraste a la ducha para relajarte aunque sea un
poco. Pero nada hacía que eso ocurriera. Solo, ese baño, había logrado que
detuvieras tu llanto pero no tardó mucho cuando nuevamente te volviste a
acostar, esta vez para dormir, y acordándote de momentos vividos con Peter,
otra vez lágrimas comenzaron a caer de tus ojos para formarse así un nuevo
llanto. Diste muchas vueltas en la cama, hasta que por fin lograste dormirte.
Peter.
Puede ser que ese viaje que ahora
estabas haciendo sea el mayor error para las personas cercanas a vos, incluso
para vos también, pero sabías que en cualquier momento lo tenías que hacer. Y
no era porque justamente vos querías irte sino porque un problema llamaba a que
lo hagas.
También era verdad que te dolía dejar
todo en Buenos Aires, tu trabajo, la banda, tus amigos, tu casa, y sobre todo…
a Lali. Te costaba dejarla sola y angustiada. Y aunque ella te ponía esa
sonrisa para simular que todo estaba bien, vos sabías perfectamente que no era
así y que a ella le dolía igual o más tu partida. Y a pesar de todos los
obstáculos que les ponía el destino para separarse una y otra vez, tus
sentimientos hacia ella no cambiaban en nada. La amabas igual o más que el
primer día y eso no nadie te lo sacaba de tu cabeza y sobre todo de tu corazón.
En fin, tu vuelo ya había
aterrizado y te encontrabas en el aeropuerto de Canadá. Obviamente que como no
tenías a donde quedarte y debido a tu ‘problemita’ lo primero que hiciste fue
ir a ver a tu papá, que se encontraba viviendo allí por cuestiones laborales y
de preferencias. Lo primero que hiciste al verlo fue abrazarlo como nunca y
derramar varias lágrimas. Hacía mucho que no lo veías y encima se te juntaba
con LA RAZÓN por la cual viajaste y eso hacía que te removiera más sentimientos
aún. Lo cierto era que con tu padre, Juan, siempre estaban en continuo contacto
pero nunca hablabas de él con los demás porque no querías involucrarlo en tu
conocimiento público, o bien, porque él era muy de perfil bajo y no quería que
hables mucho de él y te dediques a tu vida. Pero ahora que lo veías, te
tranquilizaba, que él dentro de todo, estuviera tranquilo, y disfrutando de su
nueva etapa con su mega empresa. Por lo que estuvieron charlando, Juan te contó
que la relación con tu madre, Claudia, iba perfectamente bien, aunque a veces
tenían sus peleas por cuestiones relacionadas al trabajo y su actividad.
En fín, el tiempo que ibas a vivir
allí, obviamente, lo ibas a hacer con ellos, acompañándolos y AYUDÁNDOLOS en lo
más que puedas.
…
Seis meses y medio después…
Lali.
Todo había cambiado en este último
tiempo para todos. Lo único que seguía exactamente igual era la banda, pero el
resto todo estaba revolucionado.
Euge y Nico estaban peleados porque
al parecer ella tenía un atraso y ambos se echaban la culpa de aquello. Cande y
Agus estaban más que tiernos pero últimamente se estaban peleando mucho y
estaban pensando en separarse un tiempo. Rochi y Gas, divinos los dos. Él un
romántico y tierno, y ella una simpática y dulce total. Y vos… para vos también
habían cambiado las cosas y mucho. Con Peter habíamos perdido el contacto
completamente. La razón, no sabías. Pero era verdad que las primeras dos
semanas se llamaban a cada minuto pero después todo se cortó de un momento a
otro. También había cambiado en el aspecto en que había aparecido un viejo
amigo tuyo, Poli, y lo cierto era que con él tenías la mejor onda y hasta te
apoyaba en todo momento. No se despegaban un segundo. Y lo más importante era
que habían regresado tus padres a casa, Majo y Carlos, porque su gira de
negocios había finalizado. Te sentías muy contenta y feliz pero por otro lado
te sentías rara y extraña.
En fin, ahora te encontrabas en tu
casa, más específicamente en tu cuarto, junto a tu ‘amigo’ Poli. Ambos estaban
muy tiernos.
Peter.
Hoy fue el día de tu regreso. Te
sentías feliz pero triste a la vez, por todo lo que había sucedido y por todo
lo que te había tocado vivir. Pero en definitiva todo pasaba por algo en la
vida y toda evolución y cambio era más que positivo en la vida. Lo cierto era
que no habías regresado solo a casa. Tu mamá fue tu compañera de viaje y esta
vez había venido para no irse nunca más.
En fin, ya te encontrabas en Buenos
Aires desde hacía unas horas. La dejaste a tu mamá en casa, le explicaste todas
las costumbres, le mostraste todas las habitaciones y luego te retiraste de
allí. Lo único que deseabas y querías era ver a Lali y nada más. La extrañabas
a horrores.
Una vez que llegaste a su casa,
tocaste timbre y para tu sorpresa te encontraste con Majo, su madre, quien se
encontraba sola en el lugar. Ni bien la viste la saludaste con un gran abrazo y
ella cordialmente te invitó a pasar. Hablaron unos minutos en lo que no dejaba
de repetirte lo grande y hombre que estabas y luego, con mucha ansiedad,
preguntaste por Lali. Ella enseguida respondió con un ‘Está arriba…’ No la
dejaste terminar que ya estabas subiendo las escaleras en su búsqueda.
Enseguida viste la puerta de su cuarto abierta y te asomaste. Querías
sorprenderla pero creo que la sorpresa te la habías llevado vos cuando viste a
Lali a los besos y arrumacos, con otro flaco en su cama.
Continuará.
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