Capítulo Nº 73 (Setenta y tres):
Pablo:
Bueno, esto se terminó acá… -dijo y todos lo miraron sin entender, incluida
vos- Peter, Lali y Nicolás quedan los tres suspendidos… -agregó y vos los tres
miraron sin entender…
Nico/Lali/Peter:
QUÉ? –Dijeron los tres al mismo tiempo-
Nico:
Pablo, no nos podes hacer esto… -Dijo el rubio-
Lali:
Sí Pablo, Nico tiene razón… Vos sabes que esto es nuestra vida… –agregaste- Nos
encanta hacer esto… Te lo pido… -hiciste una pausa y miraste a Nico y Peter- Te
lo pedimos por favor –corregiste y completaste con cierto tono de suplica-
Pablo:
Perdón chicos… -dijo y vos lo miraste concentrada esperando una respuesta-
Hasta que ustedes no reflexionen y sepan separar el laburo de los problemas
personales no podemos seguir… -concluyó y ustedes solo suspiraron. No se
atrevieron a decir nada porque sabían que tenía razón-
Por
tu parte, suspiraste con bronca y saliste de allí para tomar tus cosas y
retirarte del lugar. No te importaban tus compañeros ni Eugenia, ni nadie.
Una
vez que saliste, solo te limitaste a subir a tu auto y regresar a tu casa.
Querías descargar la bronca con llanto pero sabías que no podías hacerlo, o
simplemente, no te lo ibas a permitir. Al llegar, lo único que hiciste fue
comer algo y meterte inmediatamente a la ducha. Querías despejar tu mente.
Luego de aproximadamente 25 minutos saliste con una toalla envuelta en tu
cuerpo y en tu cabello y te dirigiste hacia tu cuarto. Allí te secaste bien, te
colocaste tu ropa interior y luego tu diminuto pijama. Finalmente, secaste bien
tu cabello con la toalla, le diste un toque final con el secador en el baño, te
higienizaste, te hiciste un rodete frente al espejo y luego te acostaste un
poco cansada. Como era de suponerse, no dejabas de dar vueltas en tu cama.
Pensabas y no dejabas de maquinarte un segundo. Obviamente que lo que más
retumbaba en tu cabeza era el beso con Nico, la pelea con Eugenia y tu relación
con Peter. Lo de la suspensión realmente no te importaba demasiado en este
momento.
Por
fin, luego de varios extensos minutos de vueltas y más vueltas, lograste
alcanzar el sueño, el cual te venció.
...
La
verdad que la semana se había pasado rápido y sinceramente algo extrañabas la
rutina de ir al gimnasio y ensayar. Pero por lo menos te entretuviste con tus
amigas, Rochi y Cande, quien no dejaban de acompañarte en ningún momento. Eran
el trío perfecto. Las tres iban al shopping o a pasear y la verdad es que la
pasaban muy bien. No paraban de reírse, parlotear y hablar de todo. Realmente
las querías muchísimo y sabían cómo hacer para hacerte olvidar aunque sea un
poco de los problemas y despejarte.
Hoy
te encontrabas en un nuevo día. Sinceramente, estabas muy aburrida. Hoy no
tenían entrevistas con la banda ni ningún compromiso ni evento que, aunque sea,
pudiera entretenerte un rato en el día. Fue así que por un instante se te
prendió la lamparita, como dirías vos, y se te ocurrió ponerte a bailar y
cantar en el medio del living. Una pista de Beyoncé, tu artista preferida,
bastó para que enseguida te pongas a bailar como loca y cantar sin importarte
nada. Estabas vestida cómoda asique no perdiste tiempo y rápidamente ya estabas
bailando al ritmo de la música. Cuando escuchabas a tu cantante favorita no
podías evitar compenetrarte con su música y sentirla por completo. La amabas y
eso hacía que te sintieras inmersa en su mundo y en sus letras y melodías.
Estuviste
mucho tiempo activa hasta que algo te desconcentró. El timbre había sonado
asique inmediatamente apagaste el equipo de música y un poco agitada atendiste
a aquella persona. Te quedaste completamente perpleja observando a aquel sujeto
que estaba detrás de la puerta y mirándote pero enseguida hablaste.
Lali:
Qué haces acá? –Preguntaste un tanto sorprendida y otro tanto fría-
Peter:
Vine a hablar con vos… -te dijo y vos lo invitaste a pasar- Gracias –y te
sonrió algo tímido-
Lali:
Bueno, habla… -Dijiste y caminaste hasta posicionarte frente a él-
Peter:
Te interrumpo en algo? –Interrogó- Digo porque se te ve algo agitada… -Vos lo
miraste-
Lali:
No, estaba bailando nada más… -Contestaste tranquila- De que querías hablar?
–Indagaste y colocaste tus manos en tu cintura-
Peter:
Creo que está más que claro de lo que quiero hablar no? –Y te miró obvio. Vos
enarcaste las cejas-
Lali:
Al grano Peter… -Dijiste directa y bajaste tu mirada mientras secabas un poco
tu cara-
Peter:
Bueno… -dijo y suspiró- Creo que lo que pasó el otro día en el gimnasio no
estuvo bueno… -Y vos lo miraste obvia- Ni vos ni Eugenia tendrían que haberse
agarrado así… –Aclaró y vos lo interrumpiste-
Lali:
Ella me provocó –respondiste con algo de bronca-
Peter:
Y vos también… -Acotó y vos lo miraste-
Lali:
Perdón... Ella fue la que empezó a tratarme de maleducada y no sé que más eh
–aclaraste y lo miraste-
Peter:
Pero vos se la seguiste Lali… -Dijo y vos lo miraste sorprendida-
Lali:
Vos viniste acá a hablar de Eugenia? –Cuestionaste y él negó-
Peter:
Quiero que hablemos… -reiteró y vos lo miraste obvia-
Lali:
Estamos hablando Peter… -recalcaste y él se adelantó un paso-
Peter:
De nosotros quiero que hablemos La… -Aclaró y por un instante tu mirada se
perdió en la suya-
Lali:
Yo… -estabas un tanto nerviosa. Estar cerca de él te ponía nerviosa- Yo ya te
dije todo lo que te tenía que decir Peter… -completaste y te alejaste un poco-
Peter:
Pero yo no… -Comentó y vos lo miraste-
Lali:
No la hagas más difícil Peter, enserio… -Dijiste con tu voz clara-
Peter:
Yo no la hago difícil. Vos me la haces difícil –Recalcó y por primera vez sus
miradas se encontraron-
Lali:
Peter… -quisiste hablar pero te interrumpió. Luego se acercó a vos y tomó una
de tus mejillas-
Peter:
La… yo quiero estar con vos. Quiero estar bien, sin peleas, ni terceros ni
nada… -Dijo y vos lo mirabas atentamente- Y digas lo que digas vos significas
mucho para mí. Sos la mujer que soñé toda mi vida y nunca se me cruzaría por la
cabeza alejarte de mí y mucho menos con otra persona porque es a vos a la que
yo amo… -hizo una pausa e inspiró para luego retomar- Y ya sé que parece muy
trillado pero nunca sentí esto que siento por vos por nadie y no me gustaría
perderte por una confusión estúpida y errónea –y vos lo miraste confundida-. Sí
La, me di cuenta que Eugenia no significa nada en mi vida a comparación tuya…
Yo sé que en su momento me equivoqué y pensé estar sintiendo cosas por ella
pero te juro que estos días sin vos fueron horribles. Me sentía un tarado… Te
extrañé demasiado y más que nunca necesité de tus abrazos, tus palabras, tus
caricias, tus besos… -y vos estabas que estallabas de la ternura- tus ‘te amo’
–y estaban cada vez más cerca- Te amo mi amor… -hizo una pausa- y quiero
demostrarte que te sigo amando como el primer día… -no alcanzaste a decir nada que
ya tenías los labios de Peter chocando con los tuyos-
Continuará.
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