Capítulo N° 102 (Ciento dos):
Paula: Ah, no sé… Ya se va a
enterar en la fiesta Señor, no sea ansioso… -Bromeó y te volvió a dar un pico-
Y vos? ¿Qué pensas ponerte? –Indagó curiosa entre besos-
Peter: Ah no sé… Ya me vas a ver en
la fiesta… -Retrucaste y ella sonrió ante tu actitud-
Paula: Bueno, está bien. Pero lo
único que espero es que no te confundas de persona eh… -Bromeó con algo de
ironía y vos la miraste desentendido-
Peter: Por qué me decís eso Pau?
–Preguntaste confundido-
Paula: No, por nada en especial.
Solo te estaba haciendo un chiste… -Contestó y te dio un pico. No habías
entendido su chiste pero no querías hacer un planteo de aquello-
Peter: Bueno, me voy a bañar…
-dijiste entre besos-
Paula: Querés que nos bañemos
juntos? –Vos te separaste y la miraste algo nervioso- Es un chiste amor… -Dijo
y rió. Vos también pero con los nervios de por medio- Anda si querés… -Dijo y
se alejó de vos-
Peter: Te… -Ella te miró expectante
a lo que ibas a decir- Quiero… -Completaste finalmente y ella te miró algo desilusionada-
Paula: Yo también… -Respondió
disimuladamente y vos te fuiste arriba-
Te sentías un estúpido y lo sabías
pero tampoco podías decirle algo que no sentías solo por el simple de hecho de
dejarla conforme. Querías ser justo, aunque eso te jugaba un poco en contra.
En fin, luego de estar diez minutos
en la ducha, saliste, te vestiste tranquilo en tu habitación, bajaste hacia la
cocina, cenaste junto a tu novia y a tu madre en la tempestad de la noche y
finalmente, te fuiste a descansar ya que te encontrabas muy cansado.
…
La semana había transcurrido normal
y rápidamente, con tus ensayos, entrevistas y demás compromisos de por medio
pero a pesar de la demanda que aquello te provocaba te llenaba el alma hacerlo.
A tal punto habían pasado los días
que hoy ya te encontrabas en día Sábado, día de la gran fiesta de disfraces en
el famoso ‘Barco de la aventura’. Era por ello que ya estabas preparándote en
tu habitación. Por suerte Paula no se encontraba en la casa. No querías que te
viera ya que querías darle una sorpresa.
Los minutos corrían y vos ya te
encontrabas en la puerta de tu casa a punto de salir para la fiesta. Pero
claro, te faltaba el último detalle. Te olvidabas la máscara con la cual
taparías tu rostro y no te reconocerían, o por lo menos, eso era lo que creías
vos.
En fin, una vez listo
definitivamente, saliste de tu casa y tomaste un taxi. No podías ir en auto,
claramente. Tras veinte minutos, contados por reloj, llegaste al lugar
convenido y tu expresión de sorpresa se hizo notar enseguida tu rostro.
Definitivamente, tus productores tenían un gran gusto en realizar este tipo de
fiestas. Deslumbrado como estabas, le pagaste al tachero y bajaste del taxi.
Observaste por unos segundos la iluminación y la gran cantidad de gente que
podía verse en el barco y luego comenzaste a caminar hacia éste para adentrarte
al mismo.
Una vez que llegaste pasaste entre
toda la gente, no sin antes colocarte el antifaz, y comenzaste a buscar a alguien
conocido. Y sí, a vos solo se te podía ocurrir buscar a tus conocidos o amigos
en una fiesta de DISFRACES. Pero igual, seguiste intentando y te quedaste
parado en la mitad de la pista, por así decirlo, tratando de divisar a alguien.
Era cuestión de probar suerte.
Lali.
Luego de haber estado casi todo el
día preparándote para la mega fiesta de disfraces de tus productores, una vez
alistada decidiste partir. No querías esperar un segundo más.
Fue así que, con tu máscara en
mano, saliste de tu casa y rápidamente tomaste un taxi hacia tu destino de esta
noche. Luego de varios minutos llegaste y te quedaste totalmente anonadada ante
la gran fiesta que se había producido en el barco. Realmente los productores se
habían pasado con esta magnífica velada. Se podría decir que era una fiesta
totalmente distinta a las que habitualmente los tenías acostumbrado la
producción.
Después de contemplar el lugar por
extensos segundos, decidiste encaminarte hacia el lugar de la fiesta. Antes de
ingresar, por supuesto, colocaste tu antifaz y luego, finalmente, te metiste
entre la muchedumbre pero tan solo unos metros porque te detuviste para buscar
entre toda la gente a algún conocido o a algunos de tus amigos. No pasaron ni
dos segundos que enseguida registraste a Peter, en el medio de la pista, parado
solo como buscando a alguien. Sonreíste al verlo, su silueta era inconfundible.
Encima, estaba disfrazado de Romeo. ¿Y vos? Vos de Julieta, ¡Qué casualidad!.
Igualmente, estaba hermoso.
No lo pensaste dos veces cuando
decidiste acercarte a él. Por suerte estaba a espaldas tuyo asique lograste
sorprenderlo.
Lali: Hola Romeo… -Dijiste
sonriente y él se dio vuelta como confundido-
Peter: Perdon… -Hizo una pausa, te
miró algo extrañado y continuó- Te conozco? –Preguntó intrigado-
Lali: No sé, averígualo vos…
-Dijiste en tono de interesante y él sonrió-
Peter: Haber… -Dijo y te miró- Qué
se supone que tengo que hacer para averiguar quién sos? –Interrogó intrigado
nuevamente-
Lali: No sé, sácame a bailar por
ejemplo… -Soltaste en confianza y él rió para luego bajar su cabeza-
Peter: Bueno, haber… -Hizo una
pausa y extendió su mano- Me permite esta pieza Señorita? –Preguntó como un
caballero y vos tomaste su mano muy sonriente-
Lali: Con mucho gusto Romeo…
-Dijiste y ambos se miraron para luego acercarse y el bailar la melodía lenta
que sonaba de fondo-
De esa forma bailaron muy pegados
duranto un rato, divirtiéndose y hablando hasta que él se separó apenas y te
miró.
Peter: Tu voz… -Dijo y vos tragaste
saliva- Tu voz me suena familiar… -Confesó y vos bajaste tu mirada-
Lali: Puede ser… -Dijiste algo
nerviosa- Seguimos bailando? –Preguntaste y él negó-
Peter: Quiero saber quién sos…
-Dijo y te miró serio- Tu olor, tu voz, tu forma de hablar, tus ojos… -hizo una
pausa como extrañado y clavándote la mirada- Me parecen conocidos… -Dijo y
volviste a tragar saliva- ¿Quién sos? –Reiteró y vos bajaste tu mirada-
Lali: Ya te dije, descubrí vos
quien soy… -Respondiste hábil y él te miró confundido-
Peter: Vos si sabes quién soy yo?
–Preguntó, vos sonreíste y asentiste- ¿No me habrás confundido con otro flaco?
–Interrogó y vos negaste-
Lali: Sé perfectamente quién sos…
-Confesaste con tu voz clara y te acercaste a él para quedar a milímetros de
distancia- El amor de mi vida sos… -Dijiste y terminaste con la poca distancia
que los acortaba para concluir en un beso-
Y una vez más te la estabas jugando
por lo que realmente sentías. Necesitabas tenerlo cerca y sobre todo
necesitabas de sus besos. Creías que eso era lo que te había llevado a besarlo
y decirle lo que le habías dicho.
El beso era sumamente delicado y
suave. Vos tenías tus manos posicionadas en su cara y su nuca jugando con su
poco pelo mientras él te tomó desde el primer instante de la cintura
rodeándola. Te encantaba estar así con él y era evidente que extrañabas sus
besos porque no podías soltarte. Encima, en todo momento, te trataba con
ternura. Sin dudas, estabas disfrutando de aquel momento como nunca lo habías
hecho en tu vida.
Continuará.
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