Capítulo Nº 45 (Cuarenta y cinco):
Y
para mi sorpresa algo sucedió. Alguien hizo sonar el timbre de mi casa lo cual
me pareció raro ya que con esta lluvia nadie podría atreverse a salir de su
casa. Así que sin más nada que pensar me dirigí a la puerta y atendí a aquella
persona. Me quedé perpleja mirando a ese sujeto que estaba parado y todo mojado
detrás de la puerta.
Lali:
Qué haces acá? –Pregunté atónita ante su presencia. Si se trataba de actos
realmente sorprendentes sin dudas no podría ser otra persona más que Peter-
Peter:
Digamos que aproveché que había parado la lluvia para venir a hablar con vos
pero en el camino me agarró otra vez la tormenta –Y sonrió- Puedo pasar? Digo,
porque me estoy mojando todo… -Acotó un tanto gracioso-
Lali:
Si… si –Vacilando- Pasa –Cerré la puerta y me posicioné en frente suyo- Me
querés explicar que haces acá? Estas totalmente loco –Mordí mi labio inferior
mientras puse mis manos en mi cintura-
Peter:
Si, lo sé –Sonrió- Pero necesitaba hablar con vos –Y me miró-
Lali:
Igual podrías haber esperado un día, total yo no me iba a morir eh –Bromeé con
cierta ironía-
Peter:
Bueno, si te molesta me voy –Y se estaba yendo pero lo detuve-
Lali:
No, para. Era un chiste –Y nuestras miradas por primera vez se encontraron-
Emm… -Nerviosa- Que… queres –titubeando- bañarte? –Pregunté- Digo, porque estas
empapado –Agregué. Estaba totalmente mojado y encima con traje. Me lo quería
comer-
Peter:
Puedo? No quiero molestarte… -Dijo algo tímido-
Lali:
No, no me molestas. Anda para arriba si queres que yo te preparo la ropa para
cuando salgas –Seguía un tanto nerviosa-
Peter:
Bueno, gracias –Sonrió- Pero no te molesto no? –Insistió-
Lali:
No Peter, segura –Lo miré sincera- Anda antes de que te agarre una gripe.
Después no quiero ser yo la culpable de todos tus males –Acoté. Ni pensé lo que
dije-
Peter:
-Sonrió canchero- Me la dejaste picando pero no quiero ni debo responderte –Yo
solo lo miré un tanto decepcionada y se fue-
Fue así
que él se fue y se dirigió directamente para el baño y yo me quedé ahí abajo
totalmente consternada sin saber qué hacer. Por un lado lo quería matar, no lo
quería ver ni en figuritas por todo lo ya acontecido pero después venía y me
hacía esto que era para comerle la boca de un beso. En fin, mientras Peter se
bañaba yo aproveché y fui a mi habitación a prepararle algo de ropa para que
pudiera vestirse. Mientras yo estaba en mi cuarto, buscando alguna prenda en el
cajón levanté mi vista y pude ver el ingreso de él por aquella puerta, con todo
el torso desnudo y mojado y una toalla envuelta en su cintura. Imagínense que
se me cayó la baba ahí no más. Me quedé embobada mirándolo con la mandíbula por
el piso más o menos pero reaccioné cuando él me habló.
Peter:
Qué paso? Se te perdió algo? –Preguntó sonriendo canchero-
Lali:
No… no –Titubeé y como soy media torpe y distraída cerré el cajón con dos de
mis dedos adentro- Aaaay –Exclamé de dolor y saqué inmediatamente los dedos de
allí. Él se acerco-
Peter:
Te apretaste mucho? –Solo asentí- Te duele? –Volvió a preguntar. Yo lo miré
embobada. Estábamos a tan solo unos centímetros- Haber… -Se acercó un poco más-
Puedo? –Preguntó y tomó mis dedos y los soplo. Estaba que me moría de ternura
ahí no más- Pasa? –Indagó y me miró-
Lali:
Si… -Casi como una nena-
Peter:
Sos tremenda –Y rió-
Lali:
No te rías… -Reproché- A vos nunca te paso de agarrarte los dedos con un cajón
o una puerta? –Pregunté algo avergonzada-
Peter:
Sí, pero cuando era más chiquito no ahora –Rió y se cruzó de brazos. Estábamos
más alejados-
Lali:
Emm… bueno, ahí te dejo la remera. La ropa interior ya se secó también así que
te dejo que te cambies tranquilo –Él asintió y yo me retiré de la habitación no
sin antes escuchar un ‘Gracias’ de su parte-
Una
vez que él se quedó en la habitación yo me fui a cambiar y a ponerme mi pijama
a otra habitación. Luego me higienicé y por último me dirigí nuevamente a mi
habitación para controlar si Peter ya había terminado de prepararse. Para mi
sorpresa me lo encontré justo cuando salía. Ahí fue donde nos encontramos
nuevamente y quedamos parados enfrentados ambos sin saber qué decir.
Lali:
-Carraspeé- Bueno… -Hice una pausa e inspiré- Ya te preparé la otra habitación
para que puedas dormir ahí. Espero que te sea cómoda –Agregué-
Peter:
Sí –sonrió- no te hagas problema igual. Me hubiera alcanzado con dormir en el
living –Nuestras miradas otra vez se encontraron pero yo las corté por el
simple de hecho de sentir incomodidad-
Lali:
Le avisaste a tu novia que te quedabas acá? –Pregunté algo curiosa-
Peter:
Lali… -Me miró con carita obvia y yo lo miré como diciendo ‘que’-
Lali:
Te estoy preguntando bien… -Reproché- No te ilusiones con que es una escena de
celos Lanzani porque no es así –Dije algo perseguida-
Peter:
Yo no dije nada… -Rió- Igual, está bien que me lo aclares… Digo, para no crear
confusiones –Agregó-
Lali:
Me parece que con lo que hablamos ya está todo más que aclarado –Y lo miré
penetrante- Cada uno con su camino… -Acoté. Él solo asintió- Me voy a acostar…
-Dije para salir del tema- Que descanses –Me acerqué y deposité un beso en su mejilla-
Peter:
Gracias, igualmente… -Respondió quedándose parado mientras yo me dirigí a mi
cuarto-
Cuando
ya no pudo verme me quedé mirándolo un tanto desilusionada con la puerta un
poco entre abierta. Después de unos segundos la cerré.
Dos
horas pasaron y yo no lograba encontrar el sueño. Mi cabeza daba vueltas y
vueltas pensando en que el hombre al cual amaba estaba a tan solo unos metros,
que alejaba una habitación de la otra. Yo acá, él allá y ambos en la misma cosa
desolada y silenciosa, tan solo con el ruido de la tormenta y de la lluvia que
provenían de afuera. Hasta que en un momento, sucedió algo inesperado.
Continuará.
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