Capítulo Nº 46 (Cuarenta y seis):
Hasta
que en un momento, sucedió algo inesperado. Un relámpago causo el corte de luz
en toda la casa. Debo admitir que me asusté muchísimo porque fue algo repentino
pero luego me dediqué a ir a buscar a la cocina, como pude, tanteando paredes y
muebles, velas y fósforos. En el camino de vuelta a la habitación me arrimé
hasta el cuarto en donde dormía Peter, en la cual la puerta estaba entre
abierta. Cuando pude estar allí, abrí un poco más la puerta y lo vi a él con sus
ojitos cerrados y tapado hasta la mitad del cuerpo con las sábanas y las
frazadas de la cama. Dormitaba como un ángel. No pude evitar morderme el labio
inferior cuando lo vi pero no me quise tentar más de lo que estaba así que
decidí dejar la puerta entre abierta como estaba en un principio y dirigirme
finalmente hacia mi habitación con la vela en la mano. Una vez allí, coloqué
ésta última sobre la mesita de luz y luego me metí a la cama para poder
conciliar el sueño.
Cuenta
Peter:
Después
de que Lali me saludó y se fue yo lo único que atiné a hacer fue a cerrar mis
ojos y lamentarme por no decirle la verdad de lo que sentía en este momento.
Pero yo sabía que no podía hacer absolutamente nada. En fin, luego me dirigí a
mi cuarto después de un largo suspiro y me introduje en la cama para poder
descansar. Lo que menos hice fue dormir. Mi cabeza funcionaba a mil pensando en
lo que debería ser pero que no es. Inesperadamente, algo interrumpió mis
pensamientos. Repentinamente se produjo un corte de luz. Yo no me había
asustado porque era algo normal en días lluviosos, tormentosos y fríos. Pero lo
que sí me sorprendió fue que Lali viniera hasta el cuarto a verme. Yo,
obviamente me hice el dormido, pero porque no me animaba a encararla. Después
pude escuchar cómo se iba en puntitas de pie entre cerrando la puerta. Ahí
nuevamente abrí mis ojos y suspiré. Y como era de esperarse, aun no encontraba
el sueño y seguía desvelado. Por suerte la luz ya había regresado así que me
levanté y me tomé el atrevimiento de encender nuevamente las luces del pasillo.
Además ya no sabía qué hacer del despabilo que tenía. Pero cuando fui a prender
la luz que estaba al lado de la habitación de Lali la pude ver durmiendo y con
una vela encendida y práctimente consumida a su lado, apoyada en la mesita de
luz. Así que sin hacer ruido y cautelosamente, me adentré y me acerqué hasta al
lado de su cama y apagué la vela. Luego, no pude resistirme verla tan tranquila
dormir así que me arrodillé al lado de la cama y mientras acariciaba su pelo le
hablaba.
Peter:
Qué voy a hacer con vos –Me preguntaba a mí mismo mientras tiraba su pelo hacia
atrás acariciándola- Juro que daría la vida por estar con vos pero
lamentablemente no se puede. Y no sé por qué el destino está tan ensañado en
separarnos. Cuando me atreví a decirte lo que siento, me rechazaste y nunca me
lo perdonaste y ahora que vos estas en mi lugar soy yo el que no puedo. Volví y
todo fue para peor –Hablaba con la voz gangosa- Ojalá algún día puedas entender
y saber que te amo a vos y que sos vos la mujer de mi vida, con la que quisiera
tener mis hijos, con la que me quiero despertar cada mañana los dos juntos y
abrazados. Te juro que no hay otra mujer que yo ame como a vos pero si el
destino nos hace esperar es por algo.
Lali:
Y por qué esperar? –preguntó girando su cabeza para mirarme-
Peter:
Estabas despierta? –Cuestioné sorprendido- Escuchaste todo lo que dije?
–Insistí con el cuestionario-
Lali:
Tiene algo de malo? –Preguntó mientras se sentó en la cama. Yo solo bajé mi
vista- Te puedo hacer una pregunta? –Yo asentí- Por qué me dijiste todo eso? Si
sentís todo eso por mí, ¿Por qué estas con Brenda? ¿Por qué cuando me encaraste
esa noche en el baño en la fiesta me dijiste que siguiéramos con nuestros
caminos? –Interrogué curiosa- Solo decime por qué.
Peter:
Porque te amo… -Respondí con mis ojos cristalinos y mirándola penetrante-
Porque aunque me fui de acá para olvidarme de vos, de todo lo que sentía y
siento por vos no pude sacarte de mi cabeza ni de mi corazón –Con la voz
gangosa- Intenté mirar lo positivo de todo pero no lo logré, porque me
lastimaste Lali, y mucho –Expliqué mientras la seguía mirando. Ella casi
lloraba y hacia pucherito que casi me mataba- Yo traté de que abrieras los ojos
para que pudieras ver en realidad quién te quería más… -Elevando apenas la voz-
Si ese gil que te decía que te amaba cuando en realidad estaba con otra o yo…
-Hice una pausa e inspiré. Estaba acongojado- que te amo como nunca amé a nadie
y que lo mantuve en secreto para no joderte –Y agaché la cabeza un instante
para luego levantarla nuevamente- Y es eso lo que me da bronca. Porque a pesar
de eso ese amor está ahí y nunca se va a morir –Dije mientras dejé escapar
algunas lágrimas-
Lali:
Me estas matando con lo que me estás diciendo Peter… -Dijo entre sollozos-
Peter:
Creeme que vos más… Sabes cuánto tiempo te esperé, desee, soñé que vinieras y
me dijeras que me amas como yo te amo a vos? –Cuestioné algo molesto- Nunca me
registraste Lali y ahora que te das cuenta que me podes perder caíste en la
cuenta y por eso estamos como estamos… -Reproché secando algunas lágrimas que
se me caían-
Lali:
Vos la amas a ella? –Preguntó dolida e interesada- Te juro que cada vez que
pienso en eso se me parte el alma –Llorando a mares- porque con el tan solo
hecho de pensar que le estas… -Hizo una pausa y tomó aire- haciendo el amor me
doy cuenta de lo cada vez más lejos que te tengo –Y me miró expectante,
esperando una respuesta-
Peter:
No… -Negué con la cabeza- Nunca pude hacerle el amor… -Y me miró sorprendida-
Porque cada vez que lo estábamos por hacer, pensaba en vos y que no podía
traicionarte de esa manera. Con la única que pensaba en hacer el amor en ese
momento era con vos… -Y me miró algo tímida pero relajada ante mi respuesta-
Lali:
Como no te encontré antes… Qué estúpida fui –Se castigaba a ella misma con
cierto enojo. Y me senté en la cama cerca de ella-
Peter:
Lo que tengas que decirme ahora decímelo ahora… mañana cuando cruce esa puerta
–señalando para abajo- puede ser muy tarde –Agregué un tanto más calmado. Ya no
lloraba-
Lali:
Ya no tengo cara para mirarte Peter… -Tenía su mirada baja- Después de todo lo
que me dijiste no puedo decir nada más. Hago todo mal –Y me miró- Estoy
perdiendo al hombre de mi vida y ni siquiera hago nada para que se quede acá
conmigo y para siempre… -Y se encogió de hombros- No tengo las hagallas de
decírtelo.
Peter:
Intentemos de otra forma mejor… -Ella me miro desentendida y yo me acerqué más
ella acariciando una de sus mejillas- Si yo me muriera mañana… qué me dirías
hoy? –Desafié mirándola expectante-
Lali:…
Continuará.
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